Así pues decidí que como mora de alta cuna, mi madre tendría una likka bordada y decorada.
En la mecería compramos cinta de tafetán (porque la de raso resbala mucho y como tiene atar unos pantalones no era una buena idea) de color verde bosque y de 8cm de ancho.
Para decorarla me inspiré en los bajorrelieves de la Alhambra, en particular de las flores de la sala de los Mocárabes
Como iba a bordar los bordes y no quería que se vieran los remates, hice que los finales de la cintas fueran doblados sobre si mismos, por ello calculé 1cm para el orillo y dos zonas de 12cm para los bordados.
Dibujé la flor con jabón en el espacio superior, y con hilo de torzal rojo empecé a bordar los triángulos. Admito que en un principio iba a rellenar las hojas pero tras varios intentos (y viendo que tenía el tiempo justo) abandoné la idea y solo trabajé el borde superior con torzal blanco.
Tras eso, y para darle un toque más rico, bordé con hilo de plata las separaciones del cuerpo y coloqué unas cuantas perlas.
Para la otra cara del bordado trabajé una filigrana en hilo de seda morado pálido y en cada punto de encuentro coloqué una perla. La verdad es que me sorprendió el efecto conseguido.
Cosí con pequeñas puntadas los bordes de las dos zonas de bordado y rematé el likka con unas pocas perlas más.
Y así es como ha quedado:
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