Hace unos días mi madre se compró una boina de color rosado, de estas que están tan de moda en estos momentos, para que la decorara con perlas. Es un trabajo sencillo, pero laborioso ya que cada perla hay que coserla individualmente (excepto las que están en forma de flor) para que bajo la boina no haya un entramado de hilos que pudiera engancharse. También tiene la ventaja de que si se rompe un hilo solo se cae una perla, no varias en cascada.
Decidí bordar rosetones de perlas a modo de flores en el ala interior y la parte superior las puse salpicadas.
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