Como ya os cometé (hace seis
meses 😨😛), mi
madre ha participando como voluntaria en la taberna de Cáritas del
mercado cervantino que se celebró en octubre en Alcalá de Henares,y
para tal ocasión le he realizado un conjunto del Siglo de Oro que
consta de: camisa, traje, delantal y cofia (para el año que viene la
enagua, las mangas movibles, la chaqueta y el bolsillo).
Para la camisa mi madre me tubo
que traer algodón blanco porque con tanta recreación es una de las
telas que más consumo, menos mal que el patrón es muy sencillo y lo
puede terminar en un día, solo me dí el gusto de ponerle un volante
fruncido en el cuello y en las mangas, para darle un poco más de
categoría al conjunto. En teoría debería ser de lino, puesto que
el algodón no llegó a Europa (para ser utilizado en grandes
cantidades) hasta el siglo XIX. Pero para este caso hemos decidido
hacerlo de algodón (la piel de mi madre es sensible y ninguno de los
"observadores" de la organización le va a mirar la ropa
interior 😳).
Además, la camisa la hice tan
deprisa, que no tengo ninguna foto.
Así que vamos por el traje:
El patrón lo saqué de "The
Tudor Tailor: Reconstructing Sixteenth-Century Dress" de Jane
Malcolm-Davies y Nirnya Mikhaila, tras consultar "El traje y los
tipos sociales en el Quijote" de Carmen Bernis Madrazo, dónde
está muy bien explicado los distintos tipos y estilos de las clases
sociales en España en la época del Quijote
Para el color de la tela exterior
me base en una cuantas láminas que muestran a gente de siglo XVI
haciendo sus quehaceres diarios
Tras pasar el dibujo del patrón
del corpiño a un pedazo de retor, puse varias capas más de retor
debajo y me dispuse a hacer el picado (esto consiste en realizar
lineas paralelas de pespuntes para reforzar una pieza) con mucha
paciencia porque, a mí se me hace muy pesado.
Una vez terminé el cuerpo
picado, le uní la tela que sería la exterior y con un poco más de
algodón le hice un forro.
Considerando el cruce le puse al
corpiño un bies decorativo en azul marino a lo largo del escote y de
la abertura central.
Le cosí los corchetes e hice las presillas de hilo. El corpiño ya estaba terminado a la espera de montarle la falda.
Para la falda, hice dos
rectángulos del ancho total de la tela y un metro de largo. Al del
delantero le medí el centro en su parte superior y le hice una
abertura de 15 centímetros que rematé a mano para que no se vieran
las puntadas.
Una vez cosidas el delantero y la
espalda de la falda, decidí rematar el bajo con una cinta de algodón
blanca, ya que las otras opciones eran un bajo de casi tres metro a
mano o un pespunte como el de los bajos de los vaqueros, que queda
muy poco renacentista. Para ocultar la costura de remate de la cinta
de algodón le puse un bies decorativo como el del corpiño pero más
ancho, y para que no quedara un pegote, le puse otro más arriba.
La parte de arriba de la falda la
rematé de la misma manera, pero esta vez cosiendo a mano con puntada
invisible.
Usando un rotulador
soluble al agua, marqué la distancia de los puntos para poder
fruncir la falda.
Una vez fruncida, la
uní al corpiño. Vestido terminado.
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